La mejor defensa contra los inquilinos morosos

¿Qué ocurre cuándo un inquilino no paga el alquiler?

Pese a que pongamos atención y dediquemos tiempo y esfuerzo a escoger al inquilino ideal, en ocasiones, nos encontramos con que no hemos tomado la decisión correcta. Nuestro inquilino no paga el alquiler y necesitamos poner una solución. En estos casos, el primer paso es reclamar el pago del alquiler al inquilino de manera amistosa, pero, cuando esto no funciona y la deuda empieza a aumentar, debemos tomar cartas sobre el asunto.

Pese a que la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) indica que si un inquilino no paga una mensualidad el propietario está en pleno derecho de resolver el contrato y recuperar su casa, este proceso a veces no resulta tan sencillo. Encontrarnos frente a un inquilino moroso que no abona la renta y se niega a abandonar la vivienda, es uno de los mayores riesgos a los que se enfrenta cualquier arrendatario.

Llega el momento entonces de demandar al inquilino por la vía judicial para poner en marcha un proceso de desahucio.

¿Qué proceso se debe seguir para echar a ese inquilino que no paga?

Si nos enfrentamos a un inquilino que no paga, tras haber intentado que lo haga por la vía amistosa, debemos comunicarle esta falta de pago de manera formal para dejar constancia, tanto de la deuda como del plazo del retraso, de cara a que tengamos que poner en marcha un proceso judicial.

Para ello, lo mejor es enviar al inquilino un burofax informando de la deuda y del plazo límite que tiene para abonarla antes de que pongamos en marcha medidas mayores.

Pero si tras recibir la comunicación no conseguimos llegar a un acuerdo con él, el siguiente paso es interponerle una demanda por impago, lo que puede derivar en un proceso largo y costoso.

La demanda de desahucio ha de interponerse en el juzgado de la ciudad donde se encuentra la vivienda y tiene que ir firmada por un abogado y un procurador.

¿Cuánto puede durar un proceso de desahucio?

Desde que se pone en marcha el proceso de desahucio, este suele tardar en resolverse una media de entre seis y ocho meses, tiempo durante el cual el inquilino tampoco pagará las cuotas del alquiler. El único modo de asegurarnos de que esto no ocurra y evitar estas pérdidas, es contando con un seguro de impago de alquiler ya que, en función del que tengas contratado, la aseguradora se haría cargo de pagarte las cuotas impagadas por tu inquilino durante 6, 12 o 18 meses.

¿Cómo ayuda el seguro de impago de alquiler a evitar pérdidas y a poner en marcha procesos de desahucio para recuperar nuestra vivienda?

Los Seguros de Impago de Alquiler no solo te protegen frente a posibles impagos de tus inquilinos garantizándote el cobro de tu renta mensual sin tener que esperar a la sentencia de desahucio, sino que ponen a tu disposición la ayuda legal necesaria para defenderte ante un inquilino moroso.

Y es que el Seguro de Impago de Alquiler incluye la cobertura de Defensa Jurídica, poniendo a tu disposición un abogado y un procurador especializados en desahucios para que realicen todas las acciones legales necesarias para que puedas recuperar la posesión de tu vivienda lo antes posible.

Además, contarás también con esta ayuda legal en caso de que debas reclamar a tu inquilino otras causas como desperfectos en la vivienda, que haya realizado obras sin tu consentimiento o que haya incumplido de otro modo el contrato de alquiler.

Saber que nuestra vivienda en alquiler estará siempre protegida por los mejores especialistas es otra de las razones por las que contratar un Seguro de Impago de Alquiler es muy aconsejable.

Además, contratando estos seguros es posible anticiparse para evitar que sucedan estas situaciones de impago ya que las aseguradoras realizan una valoración del inquilino mediante un informe de riesgo que ayuda a determinar si existe un riesgo de impago del alquiler, lo que te ayudará a escoger mejor a tu inquilino.

Contar con el mejor seguro de impago de alquiler es, sin duda, la mejor defensa frente a los impagos.